Situación de partida
La región forestal de la Selva Maya, en la península de Yucatán, se extiende por Belice, el norte de Guatemala y el este de México. Es la mayor superficie de bosque tropical de Mesoamérica que se conserva. La región se caracteriza por un fuerte gradiente de precipitación, lo que permite una gran diversidad de ecosistemas y especies biológicas. La Selva Maya se ve amenazada por el asentamiento de pequeños agricultores, la ganadería, la tala ilegal y el comercio de flora y fauna. La progresiva degradación, deforestación de bosque y fragmentación amenazan la biodiversidad. También están en peligro servicios básicos de los ecosistemas en funcionamiento, como el almacenamiento de carbono, la regulación del clima regional o la disponibilidad de agua. El cambio climático agrava la situación, sobre todo debido al creciente riesgo de incendios forestales.
La debilidad en la gobernanza medioambiental de la región está estrechamente relacionada con su situación geográfica transfronteriza. Es por esto que para desarrollar medidas específicas y eficientes se requieren datos de monitoreo fiables y disponibles a nivel suprarregional con los cuales, por ejemplo, hacer un seguimiento de los cambios que se producen en la masa forestal. Solo así podrá protegerse mejor la región y adaptarse al cambio climático.
Existen ya muchos datos de monitoreo relevantes recogidos por diferentes organizaciones. Sin embargo, presentan grandes lagunas y diferencias entre los tres países en cuanto a su alcance, además de ser a menudo poco accesibles. Los resultados en muchos casos no se comunican de manera eficaz a los responsables de la toma de decisiones y al público en general. El intercambio, la coordinación y la colaboración son limitados en particular a nivel regional.
Objetivo
Los resultados del monitoreo de la diversidad biológica y el cambio climático en la Selva Maya, concertados a nivel regional, están integrados en mayor medida en la toma de decisiones políticas.