Situación de partida
Las ciudades y los municipios son responsables de tres cuartas partes de las emisiones de CO2 a escala mundial. Esta proporción va a continuar aumentando a causa de la creciente urbanización. Para el año 2050, la cifra de personas que viven en las ciudades aumentará en más de dos mil millones —sobre todo en los países en desarrollo y emergentes—. En consecuencia, es sobre todo en los espacios urbanos donde deben reducirse las emisiones para proteger el clima. Para lograrlo, el abandono del uso de combustibles fósiles y la reducción de emisiones perjudiciales para el clima en la infraestructura urbana desempeñan un papel clave, en especial en los ámbitos de la energía, la movilidad, las aguas residuales y los residuos.
Desde hace años, las instituciones de financiamiento internacionales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) facilitan recursos para la inversión con el objetivo de reducir emisiones a través de una infraestructura verde y sostenible. No obstante, hasta ahora no hay suficiente demanda para dichos recursos o se pagan con demora. Con frecuencia, las ciudades y los municipios carecen de las condiciones y los conocimientos necesarios para desarrollar proyectos que sean elegibles para ser fomentados y cumplan los estándares de las instituciones de financiamiento internacionales. Por su parte, muchas veces las instituciones no disponen de los instrumentos apropiados para brindar el asesoramiento adecuado en la preparación y ejecución de los proyectos de inversión, ni tampoco para desarrollar las competencias requeridas en las contrapartes. Por consiguiente, los recursos económicos disponibles no se reparten ni aprovechan de forma óptima.