Situación de partida
El cambio climático provoca fenómenos meteorológicos extremos que, en especial en las regiones más vulnerables, derivan en daños a las personas y los ecosistemas y repercuten negativamente en la prestación de servicios públicos. Como consecuencia, las infraestructuras deben ser más sostenibles y adaptarse a estos retos.
Las entidades fiscalizadoras superiores (EFS) desempeñan un papel decisivo en la evaluación de las políticas públicas y en garantizar una utilización correcta y eficiente de los fondos públicos. Por esto es importante crear las condiciones institucionales que permitan a las EFS centrarse en la resiliencia climática, la protección del medio ambiente y los derechos humanos.
El uso de las TIC permite tomar decisiones basadas en datos y mejorar así los procesos de evaluación. Asimismo, la institucionalización de formatos de cooperación fomenta el intercambio de conocimientos. En conjunto, estos factores promueven métodos innovadores para mejorar los mecanismos de supervisión, a la vez de contribuir a mitigar los efectos del cambio climático.