Situación de partida
Colombia, uno de los países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero de América Latina, quiere reducir en un 51 % dichas emisiones para el año 2030. El sector del transporte es responsable del 36 % de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al consumo energético. Debido a que la mayor parte de la población vive en ciudades, la movilidad urbana es decisiva para reducir las emisiones de carbono y para mejorar la competitividad de las ciudades y la calidad de vida de las personas.
Pese a tener sistemas modernos de BRT (Bus Rapid Transit – Buses de Tránsito Rápido), cada año el transporte público pierde usuarios y usuarias en las ciudades de mayor tamaño. Esta tendencia se ha intensificado por la pandemia de COVID-19, cuando el uso de los medios de transporte públicos estuvo limitado, y por el aumento en la cifra de vehículos a motor. Aunque los desplazamientos en bicicleta han aumentado en los últimos años gracias a numerosas medidas nacionales y locales, la proporción de estos desplazamientos respecto del total de desplazamientos urbanos está muy por debajo del potencial.
Objetivo
Las ciudades colombianas ponen en práctica soluciones que reducen las emisiones de carbono y mejoran el acceso, el alcance y la calidad de los sistemas de transporte urbano. De esta forma, ante los desafíos del cambio climático, las ciudades se desarrollan de manera inclusiva y respetuosa con el clima.